martes, 9 de diciembre de 2008

INDULTO PARA LAS FFAA EN LA LUCHA CONTRATERRORISTA

(Editorial del diario "El Correo" del 29 Nov 2008, en la que transcribe parte de un email remitido por el autor del blog al Director de dicho medio, en relación al proyecto de indulto para el personal de las Fuerzas Armadas que lucharon contra el Terrorismo)

http://servicios.noticiasperu.com/web/prensa/29-11-2008/PdfRecortes/00600200129-11-2008.pdf



¿Yehude Foxley?

- Lo último que nos faltaba ver: un premier peruano coincidiendo con un canciller chileno, contradiciendo a dos de sus ministros y haciendo de claqué de las inaceptables presiones mapochinas. Donayre podrá ser un patán con sus bromas y tiene que aclarar el asunto de la gasolina, pero Bachelet y Foxley no pueden marcar el ritmo de cuándo se pasa a retiro a nadie aquí, menos al jefe del Ejército. ¡Faltaba más! Yehude, vete a tu casa. Estás muy verde para el cargo. - Mientras aquí las plumas alquiladas al chavismo y sus aliados comunistas lloran por una supuesta persecución contra ellas, su patrón venezolano y su lacayo boliviano acaban de emprender una cacería total de opositores, ordenando encarcelaciones masivas. ¿Van los humalistas locales a protestar contra eso? -

He recibido la reciente carta de un lector militar, que transcribo parcialmente por tener una óptica muy interesante:

Los miembros de las FF.AA. y particularmente del EP que hemos tenido y tenemos la oportunidad de servir a nuestro pueblo, a nuestra patria, lo hacemos con mucho honor; sin embargo, sí molesta cuando se olvida el esfuerzo realizado y peor aún cuando se sospecha de inmediato como responsables de cualquier desaparición a los miembros de las FF.AA. por el solo hecho de encontrarse un cadáver en el área de responsabilidad de una unidad o base militar.

Si los comisionados de la CVR y algunas ONG no anduvieran propalando que el Estado dará indemnizaciones a los deudos de las víctimas ocasionadas por las fuerzas del orden, estoy seguro de que ninguna persona que hace 20 años tuvo 7, 10 o 12 años de edad se animaría a recordar -con increíble exactitud- la participación de algún efectivo militar en un determinado lugar de alguna zona de emergencia.

Aunque -como miembro de las FF.AA.- siento que no debemos ser perdonados, porque sencillamente no hicimos nada malo, más bien cumplimos con nuestro deber, concuerdo en que la fórmula del indulto podría ser la más rápida de acabar con el oportunismo caviar y de los enemigos de la patria, que lo que más desean es destruir a las FF.AA.

En lo personal preferiría la perfección de nuestra justicia (incluyendo la especialización y participación del fuero privativo) para reducir los procedimientos y aplicar estrictamente las leyes peruanas y no el empleo de teorías de otras latitudes, que fueron creadas para otras realidades. Para nuestro caso, debe señalarse claramente el tiempo de duración de los litigios (a fin de resolverlos a la brevedad posible), la validez de las pruebas (que no deben ser exclusivamente testimoniales), el derecho de la presunción de inocencia como norma básica, el traslado de los procedimientos al lugar de residencia del militar investigado, la responsabilidad penal personal por el hecho (no se puede culpar al comandante de una unidad por lo que pudo haber cometido un subordinado a kilómetros de su puesto de comando), entre otros aspectos que pueden ser detallados por especialistas.

Aldo Mariátegui
29 de Noviembre de 2008

-------------------------------------------------------------------------------------------------

El email original de fecha 20 de noviembre de 2008 bajo el asunto: "Reconocimiento por editorial de 11 de noviembre", llevaba el siguiente encabezamiento:

Señor Aldo Mariategui,

Aunque han pasado varios días desde la publicación de su Editorial titulado “ ¿Perdón? ¡Por supuesto!” , no he querido pasar por alto, saludarlo, agradecerle y felicitarlo por recordar a todos los peruanos, que estuvimos ( y estamos aún) en guerra contra SL y el MRTA, y que en la guerra, lamentablemente existen daños colaterales que nunca deseamos.

(Continua el texto citado en el editorial de 29 de noviembre de 2008)