SE PUEDE VENIR LA TORMENTA
Cualquier analista político estará de acuerdo que estamos viviendo circunstancias poco prometedoras, lo cual se siente en las calles del país. No es para menos, en diez meses se han dado señales de tener más de aquello que siempre deseamos cambiar. Aunque se tuvo otra presentación, que hacía pensar en el mejoramiento económico, en respirar aires de seguridad, las cosas denotan lo contrario con ausencia de organización y deficiente comunicación, lo cual crea la duda razonable en relación a los intereses que importan o las prioridades de trasfondo.
Empezando con compromisos que no se cumplen, falta de implementación de leyes y decretos, inacción en procesos, invasión y superposición de funciones (pese a mandamiento expreso), beneficio a empresa en adenda, soslayamiento de gobiernos subnacionales, intención manifiesta de incluir en contrataciones a empresas asociadas a Odebrecht, ocultamiento de realidad (para hacer creer que las cosas mejoran), inseguridad constante, salida de Toledo, declaraciones antitéticas con las acciones, obvia presión negada al Contralor, defensa de lo indefendible, preocupantes declaraciones en sentidos opuestos (que se presentan con mayor frecuencia), tratar asuntos internos en el exterior, lucha de palabra contra la corrupción, son algunos de los hechos percibidos por la ciudadanía como desalentadores.
Se suma una deficiente comunicación entre Poderes del Estado, principalmente con la representación nacional, que repercute en los bolsillos de la gente y en la confianza que se debiera tener en esta etapa inicial. Sería bueno, alejar los aires "de lujo" y mejorar la organización y el curso de las acciones, para que éstas se encuentren más ligadas a la solución de problemas, protección de los activos críticos, e implementación de políticas y estrategias, y que se incorporen en el planeamiento operativo a través de la ejecución del presupuesto nacional.
La terca actitud de "ser dueño de la verdad" a espaldas de la población, de los compromisos de campaña, reflejan no ser el cambio esperado, peor si continuan acciones - revelada en los medios -en provecho de intereses particulares. Es necesario hacer una revisión sesuda de los errores cometidos y salvarlos con soluciones aceptables; es importante dar muestras que se desea "ubicar bien el norte" en provecho del bienestar de todos los peruanos.
Urge un giro en el timón, cuidando en no caer en declaraciones que parezcan desvaríos, y evitar "dispararse a los pies", pues solo así evitarán dar la oportunidad para que pidan el cambio de timón, usando el art. 113° de la Constitución
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