viernes, 23 de junio de 2017

QUE NO VENGAN INCENDIOS

DESPUÉS DE LA TEMPESTAD


Luego de la turbulencia política, provocada por la actitud poco ética de un ministro (respaldado por el Ejecutivo y sus voceros) - que insistía en tratar de aparecer como un funcionario intachable, cuando todo el Perú fue testigo de su proceder impropio - finalmente el Congreso apuró en dar curso al singular pedido de "cuestión de confianza", pese a las formas establecidas en la Constitución, negándosela para provocar su  renuncia y dar pase al "plan de reemplazo" del presi, que no se aplicaría de inmediato, pues ya se anunció que Zavalita asumirá el cargo temporalmente.

Y no puede ser de otra manera, pues ya no vivimos en los 70 u 80. Nuestra realidad es muy distinta: la Presidencia del Consejo de Ministros ahora tiene  muchas responsabilidades que no se han desarrollado a plenitud, principalmente en la coordinación intersectorial y multinivel, como también en la interacción política, en donde se ha dejado de buscar - en forma efectiva - el consenso, priorizándose acciones desfavorables para el crecimiento del país, lo cual originó la crisis que, además de  desacreditar al gobierno, ha causado incertidumbre en la población y  preocupación en los inversionistas, en un mes que solo se creció 0.17% y por tanto revela la necesidad de disponer  de un Ministro de Economía y Finanzas dedicado a tiempo completo para impulsar nuestra economía y un Premier que ayude en la interacción política.

Lo primero que debe realizar el Ejecutivo (además del mea culpa) es adoptar una actitud política inteligente planteando políticas nacionales que superen las expectativas personales, y que no compromentan el desgaste de los futuros gobiernos, de manera que borre la mala imagen generada en los últimos meses, en la que pareciera estar más a  favor de intereses económicos particulares dejando de lado los intereses nacionales.

Según dijo Zavalita, la política principal del gobierno es luchar contra la inseguridad, y es de suponer que se refiere al problema holístico de la seguridad (sin descuidar el tema ciudadano), que comprende los problemas de corrupción, crimen organizado (narcotráfico, minería ilegal, trata de personas, tala ilegal) conflictos sociales que afectan la gobernabilidad, defensa de la soberanía nacional (entendiéndose no solo a la defensa de las fronteras, si no a la apropiación de lo que culturalmente es nuestro), entre otros.

Entonces, es necesario que (el presi y el premier) corrijan su error y empiecen a gestionar al único sistema funcional de responsabilidad constitucional que tiene el Presidente de la República, y den paso a la  articulación de la Seguridad Nacional,  para lo cual es imprescindible que se implemente el DS N° 061-2016-PCM (mediante el que facticamente desapareció a la SEDENA) y se reestructure al Ministerio de Defensa para incluir el planeamiento y ejecución de los procesos de la Seguridad Nacional en los campos no militares, funciones que hasta hoy no han sido modificadas, en perjuicio de la seguridad y crecimiento económico de todos los peruanos.

Por último, es necesario que - como máximo - a su retorno de Colombia, adopte una decisión en el caso de Fujimori para que deje de usarlo (como todos lo perciben) cada vez que el manejo político se le va de las manos. 

El Perú requiere adoptar previsiones para enfrentar tempestades, también medidas para evitar incendios.

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