Posible escenario de riesgo
En circunstancias de incertidumbre política –que
indudablemente afectan a la imagen del Perú con repercusiones negativas para la
economía nacional– Betssy Chávez Chino juramentó como Presidenta del Consejo de
Ministros empleando una fórmula particularmente significativa.
Chávez, juró “por el respeto al Estado de Derecho y la
restitución del equilibrio y la separación de poderes”, destacados aspectos que
la Doctrina de Seguridad Nacional emplea para explicar el objeto de la
Seguridad Nacional denominado “Estado constitucional democrático de derecho”.
Un objeto de la Seguridad Nacional es un aspecto
prioritario del Estado que permite identificar y priorizar lo que se debe
proteger y debe ser garantizado en términos de su continuidad, por cuanto su
afectación pondría en grave riesgo la supervivencia del propio Estado.
En este sentido, para garantizar el Desarrollo y
la Seguridad Nacional, es importante implementar –en la vía de los
hechos– acciones para proteger el Estado constitucional democrático de derecho
por ser la condición en que rige la supremacía de la Constitución Política
sobre las demás leyes, la separación de poderes, la existencia de una
jurisdicción constitucional, y la democracia como régimen y organización
política; ordenamiento indispensable para la supervivencia de la República que
no exime de su subordinación a ninguno de sus integrantes u organizaciones.
Implementar estas acciones significa no solo promover
el respeto al ordenamiento constitucional, sino principalmente demostrarlo con
actos, con pruebas tangibles, y no solo utilizando recursos retóricos. Respetar
y cumplir lo ordenado por la Constitución y las leyes, exige asimismo tener la
capacidad de entendimiento de lo que nuestras normas legales precisan; una
aptitud de comprensión de lectura que permita guardar coherencia entre el
discurso y los hechos, y sobre todo que irradie una conducta ejemplar a los
ciudadanos.
Cuando esta coherencia no se manifiesta; o peor, si se
actúa en dirección contraria a lo que se profesa, produce una pésima señal a
las partes interesadas: ciudadanos y empresarios; genera mayor incertidumbre,
causa desánimo y consecuentemente retrae cualquier tipo de inversión
ocasionando peores efectos en el bolsillo de todos los peruanos, lo cual se
refleja en el alto costo de vida y poco valor del dinero que se evidencia
diariamente al intentar obtener el pan de cada día.
Los juramentos que se cumplen generan confianza, dan
esperanza; aquellos que resultan en engaño, merman la credibilidad y la
seguridad. La Patria necesita los primeros; también exige de buenos peruanos
que demuestren su fidelidad: ¡Hay que verlos!
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