Cuándo el papel aguanta todo, los planes de gobierno, los compromisos, actas y promesas de campaña suelen ser meros requisitos para acceder a una posición de poder, en vez de ser instrumentos que guíen a la solución de los problemas de la población, que amenazan sus posibilidades de crear las condiciones para alcanzar el bienestar general soñado.
Lamentablemente, nuestra sociedad no se ha preocupado en desarrollar una cultura democrática que evite que periódicamente estemos en la encrucijada de la elección del mal menor, tal vez porque los ciudadanos "de a pie" ocupan mayor parte de su tiempo en conseguir el pan de cada día, mientras que las clases mejor acomodadas se preocupan en incrementar sus ganancias, permitiendo que muchos de la clase política (y económica) inmerecidamente sigan con poder e influencia, soslayando los intereses nacionales.
En esta interacción política y social, la organización política y la institucionalidad pareciera ser lo menos importante, para gozo y beneplácito de los que perduran en el poder, en su uso o tras de él, haciendo que el Perú siga estancado, repleto de amenazas a la seguridad y tranquilidad de todos, con gente que se enriquece a expensa de millones de conciudadanos, lo cual hace que nuestra memoria sea golpeada, una y otra vez, con la interrogante de Zavalita "¿Cuándo se jodió el Perú?
Se sigue hablando de legalidad, de transparencia; de lucha contra la corrupción, el narcotráfico, el terrorismo el crimen y la delincuencia organizada...y desafortunadamente - en los últimos años - sólo se muestra cuadros estadísticos que no concuerdan con la calle.
¡Qué pena que en este ciclo las cosas no sean tan diferentes!: Las expresiones declarativas, las buenas intenciones destacadas con un mejor aparato publicitario resaltan la acción reactiva, pero no disimulan la falta de organización y la mirada de corto plazo, que olvida las aspiraciones nacionales y la seguridad de las futuras generaciones.
También se revela la negación de esfuerzos de Estado, que ahora se opacan o anulan para ganar aceptación. Así tenemos un GORE-Ejecutivo, cuando la LOPE estableció el Consejo de Coordinación Intergubernamental; INDECI y CENEPRED que se quedaron sin la responsabilidad del proceso de reconstrucción; Política de Modernización de la gestión pública sin servicio civil meritocrático; Seguridad Nacional una vez más desarticulada, entre otros, que demuestran que la institucionalidad no se respeta y que las Políticas de Estado, poco importan...eso parece.
Entonces,.... Zavalita... ¿Se seguirá j_diendo al Perú?
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