(Publicado el año 2004)
Los eventos que destacaron el pasado Noviembre fueron:
1. En el ámbito internacional: la reelección de George W Bush como presidente de los Estados Unidos de América.
2. A nivel nacional: las gestiones para la promulgación de la ley que otorga la posibilidad del voto militar
3. En las actividades institucionales: además de los procesos de Ascenso, las celebraciones tanto por el día del arma de Infantería como las iniciales por el día del Ejército.
En los Estados Unidos, con el inicio de un nuevo periodo republicano es de esperarse que las políticas de Bush tengan la misma tendencia y se vean reforzadas, luego de la renuncia del Secretario de Estado Collin Powell y el consiguiente nombramiento de la Dra Condolezza Rice, quien recientemente fungiera como Consejera de Seguridad Nacional.
No obstante algo que no tendrá variación es el reinado de la «rule of law» (el estado de derecho), que no es otra cosa que el cumplimiento a las leyes y normas establecidas en la sociedad americana, que les ha permitido constituirse en la potencia mundial que son.
El orden en la vida diaria y respeto a las leyes, son acciones que no son ajenas en nuestra vida militar - al menos se supone que no son ajenas - porque constituyen la fuerza fundamental de los ejércitos, no siendo por tanto exclusividad del nuestro. El ejército más disciplinado será siempre el mejor entrenado y por lo tanto compuesto por mujeres y hombres respetuosos y cumplidores de las reglas establecidas, que en constante y ordenada aplicación hacen que la organización alcance con éxito (de verdad) los objetivos trazados.
En estos días en que hemos realizado diversas actividades celebratorias por las fechas institucionales, es meritorio citar la excelente preparación del Festival Celeste, en la que hubo participación activa de las diversas Grandes Unidades y dependencias del Ejército, con presencia masiva no sólo de la familia militar, sino también de la ciudadanía en general. Sin embargo, existe un aspecto, no desadvertido por pocos, pero ignorado por muchos que es necesario reflexionar para destacar esa actitud tan importante que lleva el título del presente articulo. Y es que, a pesar que muchos asistentes trataron de realizar colas ordenadas para el ingreso a las atracciones del festival, hubo más de uno que -sin importarle el público disciplinado- hicieron “gala“ de sus influencias y su grado militar e irrumpieron, sin vergüenza alguna, el orden establecido. Otros por su lado “adornaron” el lugar con botellas, desechos y papeles tirados por doquier, desluciendo las impecables instalaciones de la 1ra Brigada de Fuerzas Especiales. Con elementos de esa naturaleza, la disciplina militar se ve mellada, ignorada y herida, haciendo que el sueño del Mariscal Andrés A. Cáceres de llegar a hacer del Perú la Patria Grande, la Patria poderosa, quede cada vez más inalcanzable, más lejano.
Es imperioso y urgente que todos los miembros del Ejército del Perú, obremos con rectitud en todos nuestros actos demostrando una sólida disciplina militar, sobretodo aquellos que ostentan mayor jerarquía, teniendo presente siempre que el mejor reglamento del subordinado es la conducta intachable del superior; reflexión que debe hacerse concientemente, trasladándose en actitudes y no en simples y vanas palabras, para hacer frente al futuro próximo en que realmente deberemos demostrar fortaleza en nuestras convicciones de soldados disciplinados, particularmente cuando se inicie la próxima campaña electoral, en la que el voto militar será la novedad y un nuevo motivo para manifestar nuestra formación militar, recordando en voz alta que nuestros reglamentos nos prohíben tratar asuntos de política partidaria.
Nuestra política es el Perú, nuestra política es el orden, la disciplina militar, el entrenamiento militar en los diferentes niveles, nuestra política es el respeto a la ley, no los apasionamientos político-partidarios.