domingo, 25 de junio de 2023

¡Cierren el Congreso!

 (Publicado en @diariocorreo el 24 Jun 23)


Lo que dice el título de este texto, lo gritan quienes no entienden que los congresistas son sus representantes, que el Legislativo –además de formular leyes– brinda el principal contrapeso al Poder Ejecutivo. Son peruanos que piensan que el parlamento es responsable de implementar políticas, con acciones de gobierno, en provecho de la seguridad, salud y educación; connacionales que fácilmente son convencidos por ideologías foráneas y por otras que no desean la unidad nacional: creen en Evo Morales; siguen como borregos a los que postulan una asamblea constituyente (MOVADEF y CONULP); venden su firma por una lata de atún; en suma, ignoran su responsabilidad ciudadana y –con su actitud– traicionan a su familia y al Perú.

 


Sin embargo, existe un problema recurrente en el primer poder del Estado: hay varios parlamentarios que –además de no contar con capacidades para cumplir su función–denotan un comportamiento antitético con los valores morales, patrióticos y democráticos. Esas pésimas características alimentan el desánimo de la población, haciendo que se meta en el mismo saco a congresistas justos y pecadores.

 

Para cambiar esta iterativa situación es imprescindible modificar nuestra normatividad legal para que: 1. El JNE no brinde acceso a la inscripción de partidos con ideario antisistema; y con planteamientos distintos a las políticas de Estado y a los objetivos nacionales. 2. Solo se permita la inscripción de candidatos de incuestionable calidad moral y democrática. 3. Los congresistas electos ejerzan su cargo después de aprobar un curso de capacitación. 4. Cambios constitucionales: a. art 92 evitar que el congresista ejerza la función de Ministro de Estado. b. Art 93 el congresista sólo represente al ámbito territorial por el que fue elegido.

 

Podrían existir otras mejoras –como la renovación a mitad del periodo– pero nada cambiará  si no se ejecutan medidas efectivas para educar al "electarado" que, por ignorancia o por convertirse en "cojudigno", elige mal para después quejarse de su propia decisión, perjudicando al país.

domingo, 11 de junio de 2023

Identidad nacional y deberes sagrados que cumplir

 (Publicado en @diariocorioreo el 10 Jun 23)


Hace muchos años, cuando el 7 de junio era una fecha festiva, no existía duda sobre la pertinencia de los cursos de Educación Cívica e Instrucción premilitar. Eran tiempos en que –por tal motivo– los edificios y todas las viviendas de las ciudades enarbolaban sus banderas rojiblancas; y a lo largo de la jornada  se realizaban diversas actividades conmemorando el aniversario de la Batalla de Arica, instituido –desde 1924– como el “Día de la Bandera”, fusionándose con la ceremonia de “Renovación del juramento de fidelidad a la bandera” que se fue normada luego de haberse inaugurado la Plaza Bolognesi en la ciudad de Lima, en 1905. 



La importancia del hecho histórico, en que las tropas peruanas lideradas por el ínclito Coronel Francisco Bolognesi Cervantes  sucumbieron por el honor nacional, trasciende al Ejército del Perú: constituye una oportunidad para que todos los peruanos –con uniforme o sin él– renovemos ese juramento trabajando unidos e identificados por el significado sublime  del cumplimiento del deber, sea como ciudadanos o como parte de la estructura del Estado.


El binomio de “identidad nacional y deberes sagrados que cumplir”, que nos trasmite la epopeya de Arica, es una exigencia para impulsar en todo el país –en primer término– el fortalecimiento del sentimiento patriótico, con acciones efectivas que implican mayor presencia del Estado, campañas de civismo, y la implementación de programas educativos que prioricen los valores democráticos de la  República del Perú.


Y, por otro lado,  cumplir eficientemente con el rol que nos señala la Constitución y las leyes, particularmente para mejorar la gestión pública, despojándonos de personas que aceptaron un cargo estatal sin calificar para desempeñarlo convirtiéndose en obstáculos para nuestra seguridad y desarrollo, pues solo calientan el asiento de una oficina a expensas del pago de nuestros impuestos. Ambos elementos son indispensables para que el Perú verdaderamente sea “Firme y feliz por la unión”.