domingo, 28 de mayo de 2023

Interpretaciones antojadizas contra la institucionalidad de nuestra república

 (Publicado en Diario Correo el 27 May 23)


Desde que nacimos como república se estableció que ninguno de los poderes públicos “podrá ejercer jamás ninguna de las atribuciones de los otros” fundamentando que la organización del Estado priorice el principio de separación de poderes con la finalidad de proteger la libertad de los ciudadanos frente a posibles abusos de poder, y también como una forma de garantizar el adecuado funcionamiento de las instituciones.



La historia reciente registra que este principio fue vulnerado en diversas oportunidades creando una imagen de inestabilidad jurídica, mostrándonos como una sociedad informal en la que “hecha la ley, hecha la trampa”, y por tanto no se respete al estado constitucional democrático de derecho particularmente cuando se ostenta el poder, y obnubilado por éste se atente contra la seguridad jurídica al actuar sin analizar las repercusiones en contra del mantenimiento del orden, la justicia, el buen funcionamiento de las instituciones y la inversión privada.


La Ley N° 26657 de interpretación “autentica” de la Constitución; el nombramiento de personas descalificadas para cargos públicos; decretos para favorecer a quienes atentaron contra el Estado; la negación “fáctica” de la confianza que se empleó para disolver el Congreso de la República y el inexplicable aval  del Tribunal Constitucional, son muestras del desprecio por la ley que se han visto replicadas en la actuación de la Junta Nacional de Justicia al pretender interferir con las atribuciones del Poder Legislativo.


En este contexto, es necesario reflexionar que ni la máxima autoridad de la república está exenta de cumplir la Constitución especialmente cuando precisa que “pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de las diferencias de las personas”. Torcer la ley por situaciones particulares menguará la seguridad jurídica, y con ella la inversión privada tan importante para la reactivación económica. La sociedad no debe permitirlo.

domingo, 14 de mayo de 2023

Distorsiones que menoscaban a nuestra seguridad nacional

 ( Publicado el 13 May 23 en @diariocorreo)


En los años 70, el General Edgardo Mercado Jarrín destacaba que la seguridad nacional no está representada únicamente por la defensa del territorio, ya que existen diversos factores de desequilibrio económico-sociales que –sumados al complejo fenómeno de la dependencia externa y a todo aquello que interna y externamente afecta sustancialmente la vida de la nación– llegan a mellar al plan de desarrollo trazado y a los objetivos nacionales, lo cual explica porqué la seguridad y el desarrollo constituyen  “dos conceptos interdependientes, consustanciales y por lo tanto, cuanto se haga en desmedro de uno de ellos, habrá de repercutir


negativamente contra el otro”.


Los hechos comprueban que lo dicho por tan distinguido militar sigue vigente, pues la afectación al desarrollo nacional deviene de múltiples dimensiones, incluso por la vía de nuestra imagen internacional, lo cual podría generar mayor incertidumbre en los inversionistas.


La crisis migratoria en Arica (problema que Chile llevó hacia Tacna); y el inaceptable documento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de la República del Perú en el contexto de las protestas sociales –con falsedades, falacias y omisiones– ejemplifican la necesidad de mejorar la comunicación estratégica evitando que se deforme la realidad y que no se distraigan los esfuerzos en provecho de la reactivación económica.


Bajo estas consideraciones, tampoco se debe descuidar a quienes están en contra de la unidad nacional (aquella que el gobierno trata de impulsar con el nombre oficial de este año), toda vez que en Puno el intento secesionista no ha cesado, inclusive recientemente emplearon a niños en la provincia de Azángaro, manipulándolos para crear condiciones políticas que no convienen al país. También, importa leer adecuadamente la Constitución Política respecto a las responsabilidades de mayor nivel, que fácilmente puede entenderse si se recurre al texto especializado: el Diccionario de términos militares.