(Publicado en el Diario Correo el 18 de marzo de 2023)
En medio de intensas lluvias,
huaicos, inundaciones, enfrentamientos en el VRAEM, y remanentes de tercas e
injustificadas protestas en Puno, ha pasado inadvertida la promulgación –por
insistencia– de la Ley N° 31702, Ley que adscribe la Secretaría de Seguridad y
Defensa Nacional (SEDENA) a la Presidencia del Consejo de Ministros, hecho
importante para el funcionamiento del Sistema de Defensa Nacional.
Esta es la tercera vez que se
habilita a esta entidad para que –con su alcance multisectorial y multinivel–
gestione y articule al Sistema de Defensa Nacional, aunque persiste la falta de
entendimiento de la amplitud de la seguridad nacional, incluyendo a
funcionarios y directivos de la administración pública que atribuyen tal
responsabilidad al Ministerio de Defensa y a las Fuerzas Armadas, siendo esa la
razón por la que la SEDENA fue fusionada por absorción a dicho ministerio en
dos oportunidades: 2003 y 2016.
¿Por qué es necesario una institución
que gestione y articule al Sistema de Defensa Nacional? Sencillamente porque
los problemas que afectan a la soberanía, al estado constitucional democrático
de derecho, la paz social, los intereses nacionales, y los derechos humanos
requieren que los esfuerzos del Estado –a través del gobierno– se realicen
coordinadamente, enfrentando –de manera holística– todo aquello que se
contraponga a la seguridad de nuestra Nación.
Solo así tendremos posibilidades de
concretar acciones para superar los obstáculos que nos impiden alcanzar mayores
niveles de desarrollo y bienestar en provecho de todos los peruanos. Por tal
motivo, es trascendental dar impulso a la activación e implementación de ese
organismo público para que retome el significativo trabajo que desarrolló entre
2013 y 2016, el cual fue truncado por intereses ajenos a la Patria bajo el
pretexto de duplicidad de funciones. El Perú lo necesita.