La voluntad general de los pueblos expresada en la plaza mayor de la ciudad de Lima hace 190 años, convoca esta patriótica reunión para rendir homenaje, no solo a aquellos integrantes del Ejército Libertador comandado por el General Don José de San Martín, sino también para evocar a quienes forjaron desde 1780, la emancipación del poder invasor, la libertad y la independencia, la formación y consolidación de la República del Perú.
Parte de nuestra esencia nacional, se reafirma, se estimula, se renueva, recordando a quienes nos antecedieron en la especial labor de garantizar la soberanía e independencia nacional, misión fundamental, para quienes laboramos en el sector defensa, y que se encuentra establecida en nuestra constitución política desde que nacimos como república independiente.
Misión que alcanza a civiles y militares que participamos en la marcha del sistema de seguridad y defensa nacional y, por supuesto, mayor compromiso para quienes decidimos ser los defensores del pueblo del Perú, desde que aceptamos vestir el uniforme de la Patria, desde que recibimos sus armas para conservarlas con honor y emplearlas incluso a cuesta de nuestras propias vidas, por la dignidad y la soberanía nacional.
Conmemorar un nuevo aniversario de la proclamación de nuestra independencia, nos debe traer a la memoria, en principio a los precursores y próceres de nuestra Patria que no sólo con sus ideas combatieron la dominación que vivía nuestro pueblo, sino que además, con sus acciones contribuyeron a fortalecer la conciencia de libertad en cada peruano.
La libertad proclamada por San Martín y la formación de nuestra república no se habría logrado si antes no hubieran desplegado su esfuerzo muchos patriotas, como Tupac Amaru II, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Francisco Miranda, José María Ubalde, Francisco de Zela, Enrique Pallardelli, los Hnos Angulo, Mateo Pumacahua, Mariano Melgar, Hipólito Unanue , Toribio Rodriguez de Mendoza, Juan José Crespo y Castillo, Jose Olaya, Micaela Bastidas, María Parado de Bellido, y muchos más que permitieron que la expedición sanmartiniana encuentre el apoyo necesario para iniciar la libertad de América toda, robustecida posteriormente en Junín y Ayacucho.
Recordando la historia, observamos que el Perú empezó a formalizarse como república, mediante una ley fundamental para normar y regular el funcionamiento del estado, con la finalidad de “afianzar la libertad y promover la felicidad” de los peruanos, destacando el equilibrio entre los poderes del estado y precisándose que “ninguno de los tres Poderes podrá ejercer jamás ninguna de las atribuciones de los otros dos”, importante concepto para desarrollar al país observando los intereses nacionales; noción que continúa vigente, pues la Constitución de 1993 establece que el gobierno se organiza según el principio de la separación de poderes. ”De esta forma”, cito a Enrique Bernales, “se evita la tiranía, que consiste en el ejercicio exclusivo - y en la inmensa mayoría de los casos acompañado de abusos –de una persona o un grupo de personas”
La formación de la República del Perú, tampoco pudo estar ajena a la creación de organizaciones fundamentales e instituciones que son reguladas - para mantener su vigencia - por criterios, políticas, normas y leyes. El respeto a estas pautas, crea el concepto de institucionalidad.
El estudio de nuestra historia, nos enseña que la libertad del Perú, no se consiguió únicamente con la proclamación de la Independencia de 1821, y hoy tras el paso de mas de un centenar de gobernantes y administraciones en el enmarañado de los poderes del estado, podemos asegurar, retomando la cita de Bernales, que tampoco se consolidó plenamente con las épicas jornadas de 1824.
Los peruanos seguimos buscando la libertad de aquellos que atentan contra la esencia de nuestros ideales republicanos, de aquellos que engañando a la sociedad ingresan a las organizaciones estatales para alcanzar únicamente sus objetivos personales y olvidan los sagrados intereses de la Patria, actuando en forma desleal contra la república, la dignidad y el desarrollo nacional.
A pocas horas de dar inicio a una nueva página en nuestra historia republicana, estamos convencidos que el mejor homenaje que podemos brindar a los hombres y mujeres que entregaron su vida por la libertad y soberanía nacional, no debe ser tan solo que cumplamos a cabalidad con nuestros deberes como integrantes del sistema de seguridad y defensa, exige también que luchemos frontalmente contra los que usando la historia “como un espejo para ver el presente” deshonran a la Patria importándoles muy poco el respeto a las leyes del Estado, a quienes les interesa exclusivamente lo suyo y que para ello no dudan en atentar contra la institucionalidad nacional.
La libertad del Perú y el respeto de su soberanía han exigido también que varios miles de patriotas otorguen su desinteresado aporte para que la mayoría nacional, pueda gozar de la tranquilidad y la paz necesaria para forjar el desarrollo social y consiguientemente el desarrollo nacional.
La libertad del Perú y la defensa de su soberanía es una tarea, que por siempre ha recaído en los hijos del pueblo que recibimos el llamado de la Patria y abrazamos la carrera de las armas, con la misma convicción que lo hicieran nuestros precursores y nuestros héroes que lucharon por la defensa de nuestro suelo patrio. Lucha y defensa en la que marinos, aviadores y militares difícilmente hubieran podido llegar a concretar en la zona de combate, si no se hubiera contado con la valiosa contribución de abnegados civiles que laboran en la parte administrativa y que sí demostraron con sus actos y convicciones ser verdaderos patriotas.
En nuestros días y en nuestro ministerio, los conocemos y los identificamos plenamente. Solamente a ellos, en este día de la Patria, les ofrecemos nuestro reconocimiento y nuestro agradecimiento. A los otros, también les brindamos nuestras oraciones, pues Dios y la Patria, serán los encargados de juzgarlos.
Finalmente, como soldado del Perú enriquecido por la experiencia de los años en el derrotero de la nación, permítame señor Monseñor, adelantarme a realizar una invocación al Todopoderoso para que los peruanos sin uniforme de este Ministerio marchen inmarcesible y permanentemente por el camino del deber patriótico y para que los camaradas de las fuerzas armadas despleguemos siempre nuestro mayor esfuerzo, con la finalidad que nuestro pueblo pueda cantar a plenitud “somos libres seámoslo siempre”, en razón que en la vía de los hechos y en el interior de nuestros corazones individualmente rezamos “soy soldado que en filas milito y un deber tengo yo que cumplir a la Patria vivir consagrado, y por ella luchar a morir”.!
¡Loor y gloria a los precursores y próceres de nuestra independencia!
¡Loor y gloria a nuestros héroes nacionales!
¡Loor y gloria a los verdaderos patriotas de hoy!..............
!Muchas gracias!
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