martes, 6 de junio de 2017

UN JURAMENTO DE FIDELIDAD

PARA DESTRABAR AL PAÍS

El 7 de junio se recuerda un aniversario más de la Batalla de Arica, ícono del honor nacional, porque soldados patriotas  prefirieron morir defendiendo el Morro "hasta quemar el último cartucho", antes que ceder a la voluntad del enemigo. En su conmemoración se instituyó la fecha como el "Día de la Bandera", y cada año los soldados del Perú prestan o renuevan su juramento de fidelidad para defenderla hasta perder la vida.


Y todos los peruanos sabemos que los soldados del Perú honran su palabra, honran a la Patria y sí cumplen con su juramento; basta recordar las guerras por la defensa de su soberanía, la incesante lucha contra el terrorismo, su participación en provecho del desarrollo, y también su gran rol en la asistencia ante las consecuencias de los desastres naturales.

Juramentar por la Patria es una cosa seria,  y no todos los ciudadanos lo hacen. Juran por la Patria quienes asumen responsabilidades públicas, juran las autoridades...y poquísimas entregaron la vida por cumplirlas. También hay quienes no cumplen, inclusive desde el más alto cargo del Estado, deshonrando su palabra, y traicionando al pueblo; ya vimos malos ejemplos.

Ese juramento, el de la primera autoridad es trascedental. Falta poco para que cumpla un año lo pronunciado por el presidente PPK: "juró por Dios, por la Patria y todos los peruanos que ejerceré fielmente el cargo de Presidente de la República que me ha confiado la Nación para el periodo presidencial 2016-2021; que defenderé la soberanía nacional y la integridad física y moral de la República; que cumpliré y haré cumplir la Constitución Política y las leyes del Perú; y que reconoceré - respetando la libertad de culto - la importancia de la Iglesia Católica en la formación cultural y moral de los peruanos". Tremenda responsabilidad que debió ameritar una mejor organización y planeamiento, para no llegar al próximo 28 de julio con cifras y palabras que no cumplen con las expectativas de campaña, o peor que traten de mimetizar la realidad que todos conocemos.

Sin duda hubieron factores no considerados y soslayados, tanto en el discurso inaugural, como en la presentación de la política general del gobierno, que obligaron a la adopción de medidas reactivas, generación de parches, y peor, el irrespeto a la institucionalidad  y las leyes; dejándonos en una situación tan desagradable como si estuvieramos detenidos -por falta de cultura democrática - en una vía de cuatro sentidos y sin semáforo. Pero, aún hay tiempo, hay tiempo para el Perú, siempre que se demuestre voluntad política de velar por los intereses nacionales y de cumplir con el juramento.


Con tal propósito, estos días deben servir para la revisión, la autocrítica, el planeamiento y el redireccionamiento de las acciones que el aparato estatal debe hacer, a través de sus sistemas funcionales y administrativos, a fin de cumplir con los objetivos en favor de la obtención de mejores condiciones en beneficio de todos los peruanos. Cada miembro del gobierno nacional, primordialmente el Presidente, deberá entonces -como paso ineludible -revisar una por una sus funciones, establecidas en la Constitución y la Leyes, para así mitigar los problemas del Perú, lo cual facilitará nuestro ingreso a la OCDE, y la atracción de inversionistas (algo por lo que ahora viajo PPK a Europa), pues nadie invierte su dinero en un lugar inseguro (donde exista corrupción, delincuencia común, minería ilegal, injusticia...) a menos que mejore la situación;...o...se le diga, como me aclarara @interestellar1: "ven no más, que acá te vamos a dejar hacer lo que quieras".

Aunque lo último ya ocurrió alguna vez, Dios quiera que ese no sea nuestro destino. Hagámos nuestra parte.



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