domingo, 28 de octubre de 2018

POR DIOS Y POR LA PATRIA


RECONOCIMIENTO REAL Y EFECTIVO A LOS VETERANOS DE GUERRA Y PACIFICACIÓN NACIONAL

"Cuando el peligro acecha - y no antes - Dios es venerado y el Soldado es solicitado; pero cuando el peligro ha pasado, Dios es olvidado y el Soldado, vilipendiado".

Una frase que en el día del Señor de los Milagros cobra singular relevancia, pues no solo acudimos a la parte final de nuestra tradicional muestra de fervor religioso, originado a partir del terremoto de 1655, y siguentes, que motivaron que  la sociedad limeña invoque clemencia al Todopoderoso; también  porque la reciente Ley N° 30826 ha declarado "el día 26 de octubre de cada año, como fecha destinada a honrar y reconocer el valor y patriotismo de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía  Nacional que participaron en los conflictos armados en defensa de la soberanía  nacional y en el proceso de pacificación nacional, lucha contra el terrorismo y defensa de la democracia".

Dios y Patria es un binomio, presente en nuestra vida republicana, forjada por hombres con uniforme desde los inicios, cuando solo eramos "un conjunto de grupos étnicos diversos con relaciones a veces conflictivas entre ellos" (Contreras y Cueto, 2013).  

En la actualidad, pareciera que las cosas no cambiaron mucho: las relaciones entre algunos grupos  de peruanos (de distinto color, pero ahora político) siguen siendo conflictivas, y; las mujeres y hombres  con uniforme - siguiendo sus principios y patrióticos valores - continúan entregando su invalorable servicio en beneficio de todos los ciudadanos.

Y aunque los hombres y mujeres que ahora laboran en las Fuerzas Armadas y Policía Nacional (y sus familias) siguen enfrentando peligros y asumiendo riesgos, persiste el mal agradecimiento de muchos que olvidaron que nuestra Patria se contruyó sacando brillo a espadas y sables que  modelaron nuestro país para ser  la sociedad peruana que hoy aspira ingresar al primer mundo.

Muchos olvidaron que cuando nadie podía gobernar el Perú, lo hicieron los de uniforme; otros ni siquiera pueden reconocer los rostros de los héroes que sacrificaron sus vidas por el honor y defensa de nuestra integridad territorial; y también hay tantos que aún soslayan que viven en un clima de paz y mejores condiciones económicas, porque - gracias a Dios - hubo una generación de personas uniformadas que pelearon por nuestra soberanía nacional, y que además enfrentaron a la insanía terrorista que amenazaba con destruir nuestro orden democrático.

Hizo bien el Congreso de la República, como en los paises del primer mundo, en dedicar una fecha conmemorativa para no olvidar jamás que existen personas -que aunque ya no llevan puesto el uniforme de la Patria-   se les debe honrar y reconocer por siempre, pues lo dieron todo por una sociedad más segura.

Ahora, este reconocimiento debe ser real y efectivo, como de buen cristiano, y no solo de palabra o para la foto; no como lo hiciera el gobierno de PPK que incumplió su palabra.

Hay que honrar a los veteranos de guerra y la pacificación nacional como sí lo hizo el Congreso de la República  haciendo efectiva la equivalencia de sus pensiones, obedeciendo al sencillo razonamiento de: A mayor grado militar, mayor pensión; y a igualdad de grado corresponde pensión equivalente; y no como se venía ejecutando olvidando que "los actuales pensionistas que menciona el D Leg 1133" (en su segunda disposicion complementaria) son en - su gran mayoría - los soldados de ayer que nos dieron la paz y tranquilidad de hoy.

¡Honor y Gloria a los veteranos de guerra y de la pacificación nacional!

Jamás olvidemos que gracias a ellos gozamos la paz de nuestros días. 

!Qué los políticos, jueces y sociedad en general sean consecuentes con este reconocimiento!; 

¡el Tribunal Constitucional también!

lunes, 15 de octubre de 2018

SEGURIDAD NACIONAL: CLAVE PARA HACER DEL PERÚ UN PAÍS DEL PRIMER MUNDO

EL LARGO PROCESO PARA ACCEDER A LA MEMBRESÍA DE LA OCDE


Uno de los aspectos que el Perú ha mantenido como propósito de Estado es ingresar a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), razón por la que el año 2015, mediante el Decreto Supremo N° 086-2015- PCM, se declaró de interés nacional las acciones, actividades e iniciativas desarrolladas en el marco del proceso de vinculación del Perú a esta organización internacional.

Esta declaratoria comprende nuestra participación en las actividades, previstas en el Acuerdo y Memorando de Entendimiento firmados entre la OCDE y el Gobierno del Perú el 8 de diciembre de 2014, así como en todas las demás actividades relacionadas con la organización, promoción, impulso y apoyo a este proceso.

Esta  patriótica intención, también fue puesta en manifiesto durante la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) del año 2014, cuyo eslogan fue “Hacer del Perú un país del primer mundo” exponiéndose propuestas para impulsar nuestra economía y hacerla más dinámica y competitiva, levantada con el esfuerzo emprendedor de sus ciudadanos, con una institucionalidad sólida y eficaz,  pues quedó claro que solo así – con el concurso de la sociedad en su conjunto – el Perú será capaz de superar la pobreza y generar prosperidad.

La OCDE es un foro único donde los gobiernos de 37 economías democráticas trabajan conjuntamente para enfrentar los desafíos económicos, y sociales de la globalización habiendo establecido la misión de promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo, cuyos miembros comparten lineamientos básicos en materia de política económica, de democracia plural y respeto a los derechos humanos.

Para este esfuerzo, la Presidencia del Consejo de Ministros encabeza una Comisión Multisectorial encargada de realizar acciones de seguimiento y elaboración de informes técnicos orientados a la ejecución del Programa País y de acercamiento del Perú a los estándares de gobernanza y políticas públicas de la OCDE.

El Programa País OCDE-Perú, lanzado en diciembre de 2014, ha tenido como objetivo principal el mejoramiento de las políticas públicas y apoyar el proceso de reformas del Perú, enfocándose  en cinco áreas prioritarias: remover barreras al crecimiento, gobernanza pública, anti-corrupción e integridad en el sector público, capital humano y medio ambiente. El Programa comprende informes sobre la implementación de proyectos de mejoramiento de capacidades, e incluye la participación en los Comités de la OCDE y la adhesión a determinados instrumentos legales de la OCDE.

Los principales informes que la OCDE ha formulado sobre el Perú, entre 2016 y 2017, son los siguientes:

  • §  Evaluaciones del desempeño ambiental
  • §  La Contratación Pública en el Perú - Reforzando Capacidad y Coordinación
  • §  Estudio de la OCDE sobre integridad en el Perú
  • §  Estudio de la OCDE sobre Gobernanza Pública en Perú
  • §  Estudio multidimensional del Perú Volumen 2
  • §  Skills Beyond School Review of Peru
  • §  OECD Territorial Reviews: Peru 2016
  • §  OECD Public Governance Review: Peru
  • §  OECD Review of Regulatory Policy of Peru


El más reciente avance nacional para acceder a la membresía, se produjo en mayo 2018 durante el 10° Foro Económico Internacional de América Latina y el Caribe de la OCDE en París, cuando el Ministro de Economía y Finanzas, David Tuesta, en representación del gobierno peruano, suscribió nuestra adhesión a la “Convención para Combatir el Soborno de Funcionarios Públicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacionales” y la “Convención sobre Asistencia Administrativa Mutua en Asuntos Tributarios”.

Debe tenerse en cuenta que convertirse en un miembro de la OCDE es un proceso largo y complejo centrado en la mejora de la calidad de las políticas públicas, por lo que la sugerencia de gran relevancia que propone la organización, es que el gobierno debe responder a las demandas de los ciudadanos con la mayor transparencia y rendición de cuentas que sean solicitadas, logrando el fortalecimiento y la credibilidad del público con el gobierno (OCDE, 2015).

En este contexto, es necesario entender que un indicador clave para medir el avance del proceso, es el grado de confianza que la ciudadanía tenga en sus instituciones públicas, particularmente aquellas responsables de conducir el país y naturalmente en sus fuerzas de seguridad, lo cual fue destacado por Pablo de la Flor, cuando – en CADE 2014 - apuntó claramente que “no es posible convertirnos en un país del primer mundo con instituciones del tercer mundo”.

Un país como el nuestro, diagnosticado en exceso, lamentablemente ha fallado en llevar a la práctica importantes soluciones en beneficio de sus integrantes, principalmente por falta de coordinación y articulación en los esfuerzos, incluso no llegando a presupuestar y tampoco a implementar temas de relevancia, olvidándose que en nuestro escenario nacional – como en cualquier parte del mundo - las políticas sin presupuesto, son un simple “saludo a la bandera ajena”, y aquellas que logran implementarse sin lograr cambiar la situación problemática, son nada más que un “engaña muchachos” que afecta la economía de todos sus ciudadanos.

Por esta razón, no debemos soslayar que con la entrada de Colombia a la OCDE, el Perú se ha convertido en el único país miembro de la Alianza del Pacífico que no forma parte de esta organización.

Tampoco, que el aspecto de mayor demanda ciudadana, el que también brinda confianza a los inversionistas, aún se encuentra sin proceso de implementación: La Política de Seguridad y Defensa Nacional, aprobada mediante Decreto Supremo N° 012-2017-DE  en diciembre de 2017, que contiene propuestas –de obligatorio cumplimiento - para atender los problemas de seguridad que afectan a todos los peruanos en múltiples dimensiones, difícilmente será incluida en el proceso de planeamiento de los sectores y gobiernos sub-nacionales, pues sus acciones articuladas de implementación – en los tres niveles de gobierno - no han sido consideradas en el presupuesto que el Congreso de la República debe aprobar en noviembre próximo, para ser efectivo el año 2019.